domingo, 10 de marzo de 2013
Un adictivo humo gris
Etiquetas:
adicto,
cigarettes,
cigarros,
gris,
humo,
photography
domingo, 3 de marzo de 2013
Kevin Carter
![]() |
Nació el 13 de septiembre de 1960, Johannesburgo, Sudáfrica y falleció el 27 de julio de 1994, en Johannesburgo. Fue reportero gráfico ganador de un premio Pulitzer en 1994. |
Reportero gráfico sudafricano. Desde muy
joven cuestionó el régimen del apartheid imperante en Sudáfrica. Sirvió como
militar en el ejercito de su país durante un breve período de tiempo escapando
del servicio, aunque fue capturado y obligado a servir durante cuatro años.
Después de presenciar un bombardeo en Pretoria, decidió que quería ser
fotógrafo de prensa y comenzó a trabajar para La Estrella de Johannesburgo,
exponiendo la brutalidad del apartheid.
de una familia cristiana de clase media.
Aunque sus padres se llamaban a si mismos “liberales”, Kevin pronto los comenzó
a cuestionar sobre su aceptación del apartheid.
En su adolescencia quería ser corredor de
autos mientras hacía paseos en moto. Después de graduarse en una escuela
católica en Pretoria en 1976, Kevin estudió farmacia pero le fue mal durante el
primer año y tuvo que abandonar los estudios. Posteriormente fue reclutado por
el ejercito que el tanto odiaba. Algunos soldados lo llamaron un kaffir-boetie
(amante negro). Intentó escapar del ejército pero fue obligado a cumplir cuatro
años de servicio. Antes de ser capturado había tomado píldoras para dormir,
antidepresivos y veneno de ratas, pero había sobrevivido.
En 1983, estando en el ejército, sufrió
una herida mientras hacía guardia en Pretoria. Una bomba había explotado
matando a 19 personas. Luego de dejar el servicio, Carter estuvo empleado en
una tienda de fotografía, la cual lo lanzó al foto periodismo primero como un reportero de deportes de fin
de semana para el Johannesburg Sunday Express. En 1984 fue al Johannesburg Star
y se juntó con reporteros blancos que querían exponer la brutalidad del
Apartheid, una misión que era exclusiva de los reporteros negros.
Carter fue el primero en fotografiar una
ejecución pública por "necklacing" en el sur de África en el decenio
de 1980. La víctima fue Skosana Maki, quien había sido acusado de tener una
relación con un oficial de policía. Más tarde se habló de las imágenes...
"Yo estaba horrorizado por lo que estaban haciendo, estaba horrorizado por lo que estaba haciendo, pero entonces la gente empezó a hablar de esas fotos ... entonces sentí que tal vez mis acciones no habían sido del todo malas. Ser testigo de algo tan horrible no era necesariamente malo."
"La niña y el buitre" de Kevin Carter, premio Pulitzer 1993
A veces los fotógrafos nos dejamos
seducir por la vanidad. Seguramente algo así pudo haberle pasado a Kevin Carter
cuando, luego de que en 1993 el New York Times publicara su foto tomada en Sudán
de una niña siendo acechada por un buitre, ésta ganara el codiciado premio
Pulitzer. Carter, en vez de bajar inmediatamente la imagen a la realidad de esa
niña y de su entorno, contando cómo y en qué circunstancias la había realizado,
permitió que la carga simbólica de esa imagen justificara el premio. Al pasar
el tiempo la presión de la opinión pública mundial fue enorme. El siguió en
silencio sobre la verdad y prefirió justificarse en la mentira diciendo:
"Es la foto más importante de mi carrera pero no estoy orgulloso de ella,
no quiero ni verla, la odio. Todavía estoy arrepentido de no haber ayudado a la
niña". La gente interpretaba la actitud de Carter ante la inminente muerte
de la niña, como la representación de la indiferencia del mundo hacia esa y
todas las hambrunas. Y Carter en vez de apagar el fuego con agua, lo alimentó
con combustible. Se lo llegó a calificar como el segundo buitre en la foto. La
versión alternativa, la que en definitiva parece más real, la cuenta el
reportero gráfico sudafricano João Silva que viajó con Carter a Sudán. Lo
cierto es que ellos fueron en un avión que estaba repartiendo alimentos a
pueblos en esa región. El vuelo de Naciones Unidas además de comida llevó a los
periodistas y sólo estuvieron algo más de media hora en el lugar, lo que duró
la distribución. Silva dice que Kevin "estaba bastante sorprendido, puesto
que era la primera vez que veía una situación real de hambruna, por lo que hizo
muchas fotos de niños hambrientos." João Silva comenzó también a tomar
fotografías de niños en el suelo, como llorando, que no se publicaron. Los
padres de los niños estaban ocupados recibiendo la comida, por lo que se habían
desentendido de momento de los niños, que algunos habían sido dejados por los
adultos en el estercolero del pueblo para que hicieran sus necesidades, lugar
donde los buitres concurrían a diario a comer la materia fecal. Esta era la
situación de la niña (que ahora se sabe, era un niño) de la foto hecha por
Carter. "Un buitre se posó detrás", cuenta Silva "para meterlos
a ambos en cuadro, Carter se acercó muy despacio para no asustar al buitre, e
hizo la foto desde unos 10 metros. Hizo algunas tomas más y el buitre se
fue." Para lograr la aparente cercanía el fotógrafo usó un lente
teleobjetivo, que altera la perspectiva.
Lejos de esta verdad no dicha en su
momento, la gente y muchos periodistas prefirieron completar la historia
dramática que Carter había fomentado adjudicándole la causa de su suicidio
-acontecido pocos meses después- a la foto en cuestión. En un mundo en blanco y
negro todo cerraba perfectamente. No tomaron en cuenta que antes de la famosa
foto Carter había hecho otros intentos de auto eliminación. Que su mejor amigo
había muerto poco tiempo antes. Que la vida del free-lance nunca fue fácil y
menos si se tienen gustos caros como consumir drogas. Ahora un equipo del
diario El Mundo investigó, 18 años después de la famosa foto, -alabanza del
buen periodismo- y logró desentrañar la verdadera historia. Descubrió que el
niño se llamaba Kong Nyong y murió hace cuatro años. Curioso asunto la ceguera,
sobre todo en el oficio periodístico. El niño tiene en la foto una pulsera
blanca. Esa pulsera es la identificación que el fondo para la alimentación de
Naciones Unidas le había colocado para su registro. Eso implicaba que ese
pueblo y en consecuencia ese niño estaban siendo asistidos por el organismo
internacional. En el vídeo una amiga de Carter dice algo que de tan obvio,
lastima: "esa foto probablemente salvó mas vidas que cualquier campaña
contra el hambre". A su vez un reportero gráfico español dice que el papel
del fotógrafo es documentar, no el de interferir en el rol de los cooperantes
que al mismo tiempo están haciendo su propio trabajo. La pulsera siempre estuvo
ahí. Sólo había que ampliar la foto, mirar los números de registro y saber la
localización exacta del niño. Pero como en un acto de magia, el colectivo
social y los periodistas como parte del mismo, solo vieron lo que quisieron
ver, hasta que el diario El Mundo hizo lo que se debía.
Finalmente, murió de intoxicación por
monóxido de carbono a los 33 años. Se puede leer algo de su nota de suicidio:
"Estoy deprimido [...] sin teléfono [...] dinero para el alquiler [...] dinero para la manutención de los hijos [...] dinero para las deudas [...] ¡¡¡dinero!!! [...] Estoy atormentado por los recuerdos vivídos de los asesinatos y los cadáveres y la ira y el dolor [...] del morir del hambre o los niños heridos, de los locos del gatillo fácil, a menudo de la policía, de los asesinos verdugos [...] Me ido a unirme con Ken, si soy yo el afortunado."
Etiquetas:
cuervo,
fotografo,
fotografo de guerra,
kevin carter,
photography
Kevin Carter
![]() |
Nació el 13 de septiembre de 1960, Johannesburgo, Sudáfrica y falleció el 27 de julio de 1994, en Johannesburgo. Fue reportero gráfico ganador de un premio Pulitzer en 1994. |
Reportero gráfico sudafricano. Desde muy
joven cuestionó el régimen del apartheid imperante en Sudáfrica. Sirvió como
militar en el ejercito de su país durante un breve período de tiempo escapando
del servicio, aunque fue capturado y obligado a servir durante cuatro años.
Después de presenciar un bombardeo en Pretoria, decidió que quería ser
fotógrafo de prensa y comenzó a trabajar para La Estrella de Johannesburgo,
exponiendo la brutalidad del apartheid.
de una familia cristiana de clase media.
Aunque sus padres se llamaban a si mismos “liberales”, Kevin pronto los comenzó
a cuestionar sobre su aceptación del apartheid.
En su adolescencia quería ser corredor de
autos mientras hacía paseos en moto. Después de graduarse en una escuela
católica en Pretoria en 1976, Kevin estudió farmacia pero le fue mal durante el
primer año y tuvo que abandonar los estudios. Posteriormente fue reclutado por
el ejercito que el tanto odiaba. Algunos soldados lo llamaron un kaffir-boetie
(amante negro). Intentó escapar del ejército pero fue obligado a cumplir cuatro
años de servicio. Antes de ser capturado había tomado píldoras para dormir,
antidepresivos y veneno de ratas, pero había sobrevivido.
En 1983, estando en el ejército, sufrió
una herida mientras hacía guardia en Pretoria. Una bomba había explotado
matando a 19 personas. Luego de dejar el servicio, Carter estuvo empleado en
una tienda de fotografía, la cual lo lanzó al foto periodismo primero como un reportero de deportes de fin
de semana para el Johannesburg Sunday Express. En 1984 fue al Johannesburg Star
y se juntó con reporteros blancos que querían exponer la brutalidad del
Apartheid, una misión que era exclusiva de los reporteros negros.
Carter fue el primero en fotografiar una
ejecución pública por "necklacing" en el sur de África en el decenio
de 1980. La víctima fue Skosana Maki, quien había sido acusado de tener una
relación con un oficial de policía. Más tarde se habló de las imágenes...
"Yo estaba horrorizado por lo que estaban haciendo, estaba horrorizado por lo que estaba haciendo, pero entonces la gente empezó a hablar de esas fotos ... entonces sentí que tal vez mis acciones no habían sido del todo malas. Ser testigo de algo tan horrible no era necesariamente malo."
"La niña y el buitre" de Kevin Carter, premio Pulitzer 1993
A veces los fotógrafos nos dejamos
seducir por la vanidad. Seguramente algo así pudo haberle pasado a Kevin Carter
cuando, luego de que en 1993 el New York Times publicara su foto tomada en Sudán
de una niña siendo acechada por un buitre, ésta ganara el codiciado premio
Pulitzer. Carter, en vez de bajar inmediatamente la imagen a la realidad de esa
niña y de su entorno, contando cómo y en qué circunstancias la había realizado,
permitió que la carga simbólica de esa imagen justificara el premio. Al pasar
el tiempo la presión de la opinión pública mundial fue enorme. El siguió en
silencio sobre la verdad y prefirió justificarse en la mentira diciendo:
"Es la foto más importante de mi carrera pero no estoy orgulloso de ella,
no quiero ni verla, la odio. Todavía estoy arrepentido de no haber ayudado a la
niña". La gente interpretaba la actitud de Carter ante la inminente muerte
de la niña, como la representación de la indiferencia del mundo hacia esa y
todas las hambrunas. Y Carter en vez de apagar el fuego con agua, lo alimentó
con combustible. Se lo llegó a calificar como el segundo buitre en la foto. La
versión alternativa, la que en definitiva parece más real, la cuenta el
reportero gráfico sudafricano João Silva que viajó con Carter a Sudán. Lo
cierto es que ellos fueron en un avión que estaba repartiendo alimentos a
pueblos en esa región. El vuelo de Naciones Unidas además de comida llevó a los
periodistas y sólo estuvieron algo más de media hora en el lugar, lo que duró
la distribución. Silva dice que Kevin "estaba bastante sorprendido, puesto
que era la primera vez que veía una situación real de hambruna, por lo que hizo
muchas fotos de niños hambrientos." João Silva comenzó también a tomar
fotografías de niños en el suelo, como llorando, que no se publicaron. Los
padres de los niños estaban ocupados recibiendo la comida, por lo que se habían
desentendido de momento de los niños, que algunos habían sido dejados por los
adultos en el estercolero del pueblo para que hicieran sus necesidades, lugar
donde los buitres concurrían a diario a comer la materia fecal. Esta era la
situación de la niña (que ahora se sabe, era un niño) de la foto hecha por
Carter. "Un buitre se posó detrás", cuenta Silva "para meterlos
a ambos en cuadro, Carter se acercó muy despacio para no asustar al buitre, e
hizo la foto desde unos 10 metros. Hizo algunas tomas más y el buitre se
fue." Para lograr la aparente cercanía el fotógrafo usó un lente
teleobjetivo, que altera la perspectiva.
Lejos de esta verdad no dicha en su
momento, la gente y muchos periodistas prefirieron completar la historia
dramática que Carter había fomentado adjudicándole la causa de su suicidio
-acontecido pocos meses después- a la foto en cuestión. En un mundo en blanco y
negro todo cerraba perfectamente. No tomaron en cuenta que antes de la famosa
foto Carter había hecho otros intentos de auto eliminación. Que su mejor amigo
había muerto poco tiempo antes. Que la vida del free-lance nunca fue fácil y
menos si se tienen gustos caros como consumir drogas. Ahora un equipo del
diario El Mundo investigó, 18 años después de la famosa foto, -alabanza del
buen periodismo- y logró desentrañar la verdadera historia. Descubrió que el
niño se llamaba Kong Nyong y murió hace cuatro años. Curioso asunto la ceguera,
sobre todo en el oficio periodístico. El niño tiene en la foto una pulsera
blanca. Esa pulsera es la identificación que el fondo para la alimentación de
Naciones Unidas le había colocado para su registro. Eso implicaba que ese
pueblo y en consecuencia ese niño estaban siendo asistidos por el organismo
internacional. En el vídeo una amiga de Carter dice algo que de tan obvio,
lastima: "esa foto probablemente salvó mas vidas que cualquier campaña
contra el hambre". A su vez un reportero gráfico español dice que el papel
del fotógrafo es documentar, no el de interferir en el rol de los cooperantes
que al mismo tiempo están haciendo su propio trabajo. La pulsera siempre estuvo
ahí. Sólo había que ampliar la foto, mirar los números de registro y saber la
localización exacta del niño. Pero como en un acto de magia, el colectivo
social y los periodistas como parte del mismo, solo vieron lo que quisieron
ver, hasta que el diario El Mundo hizo lo que se debía.
Finalmente, murió de intoxicación por
monóxido de carbono a los 33 años. Se puede leer algo de su nota de suicidio:
"Estoy deprimido [...] sin teléfono [...] dinero para el alquiler [...] dinero para la manutención de los hijos [...] dinero para las deudas [...] ¡¡¡dinero!!! [...] Estoy atormentado por los recuerdos vivídos de los asesinatos y los cadáveres y la ira y el dolor [...] del morir del hambre o los niños heridos, de los locos del gatillo fácil, a menudo de la policía, de los asesinos verdugos [...] Me ido a unirme con Ken, si soy yo el afortunado."
Etiquetas:
cuervo,
fotografo,
fotografo de guerra,
kevin carter,
photography
sábado, 2 de marzo de 2013
David Lachapelle
David Lachapelle nace en Fairfield,
Connecticut, el 11 de marzo de 1969. Su primer acercamiento a la fotografía fue
cuando tenía 6 años de edad durante unas vacaciones familiares Puerto Rico.
Allí utilizó la cámara para retratar a su madre, Helga LaChapelle. Desde ese
momento, quedó obsesionado con la fotografía.
A los 15 años se muda a Nueva York.
Mintió sobre su edad y consiguió trabajo en la discoteca Studio 54, donde
limpiaba las mesas de grandes celebridades y artistas, como Liza Minelli. Más
tarde, su padre lo tomaría y lo llevaría de regreso al sur, donde lo obligó a
estudiar en la Escuela de Artes de Carolina del Norte.
LaChapelle estudió Bellas Artes en la
Escuela de Artes de Carolina del Norte antes de mudarse a Nueva York. Tras su
llegada, ingresó a la Liga de Estudiantes de Arte y a la Escuela de Artes
Visuales.
Andy Warhol le ofreció su primer trabajo,
como fotógrafo de la revista Interview. Polifacético artista, se lo considera
“discípulo de Warhol”, de quien conoció una forma de expresar a través de la
fotografía, con un tono sarcástico, una crítica mordaz de los caracteres más
satíricos de la cultura popular.
En la actualidad, las revistas más
importantes tienen la huella de LaChapelle: Italian Vogue, Rolling Stone, i-D,
Vibe, Interview, The Face, British GQ y Vanity Fair.
También ha fotografiado numerosas portadas
de discos para artistas como Macy Gray, Moby, No Doubt o Cristina Aguilera, y
realizó videoclips de Avril Lavigne, Joss Stone, Norah Jones y Robbie
Williams,Amy Winehouse,Jennifer Lopez. Además, participó en campañas
publicitarias para una variedad de clientes que incluye a L’Oreal, Iceberg,
MTV, Ecko, Diesel Jeans, Sirius, Ford, Sky Vodka y la campaña Got Milk.
Etiquetas:
david lachapelle,
fotografo de modas,
photographer
Ubicación:
Perú
viernes, 1 de marzo de 2013
Chris Arnade
Se trata de un NewYorkino - en realidad
madrileño de nacimiento y amante de dicha ciudad - que siendo doctor en física,
ex-profesor universitario, y luego de dedicar 20 años al mundo de las finanzas,
dio un giro radical a su vida iniciando un proyecto fotográfico muy especial.
Tres años lleva ya este nuevo rumbo y hoy
por hoy, lo que queda de su pasada vida en Wall Street es su participación en
un blog de Scientific American, al cual aporta sus conocimientos. Según relata,
lo que lo ha llevado en esta dirección fue “la crisis financiera global y
trabajar en el Bronx con drogodependientes“, factores que le han “cambiado la
vida”.
![]() |
Eugene - Veterano de la guerra de Vietnam, mendigo y dependiente del alcohol. El dueño de la tienda en cuyas puertas suele pedir limosna lo describe como "el hombre más leal que conozco" |
El primer acercamiento a la zona Hunts
Point en el Bronx, se dio a causa de que escuchó que era el barrio más
peligroso de Nueva York y se le aconsejó nunca ir allí. Sin embargo, asegura
que lo que encontró era muy distinto a lo que los medios reflejaban. Y así fue
cómo se decidió a retratar a los toxicómanos de la zona.
“Es fácil ignorar a otros: evitando
mirarles, no hablándoles, podemos caer en la construcción de nuestra propia
narrativa que afirma nuestro limitado punto de vista del mundo”, reflexiona
como parte de un intercambio de correos electrónicos con el sitio
lainformacion.com. “Quería mostrar que cualquier persona es válida,
indistintamente del momento de su vida en el que se encuentre. Forzar a los
espectadores a conocer al sujeto de una forma que probablemente nunca lo habían
hecho”.
Etiquetas:
art,
arte,
chris arnade,
fotografo independiente,
photographer,
urban,
urbanart,
usa
Suscribirse a:
Entradas (Atom)